A los alemanes les fascina comer al rayo del sol.
Cuanto más caluroso e insoportable esté el mediodía bávaro, mayor será la cantidad de gente masticando un Leberkäs al sol.
Nosotros, que comprendemos la falta de aire acondicionado (como concepto) en estas tierras, dudamos de los motivos, intuimos que la razón no es que solamente sea necesario enfriar una oficina 20 días al año, sospechamos que disfrutan sudar como chanchos.
Debe ser que la televisión alemana emite mensajes subliminales, que condicionan a las persona a comer sus «Lebarkis» (ni idea que son) a 50 grados a la sombra.
Es seguramente un complot armado entre el Vaticano, la CIA, el gobierno alemán y los fabricantes de desodorantes.
Pensé en poner links, pero siempre podés hacer esto.
Y no, lamentablemente las industria del desodorante no tiene mucho mercado acá, suena a preconcepto, pero no lo es.
Capaz es cierto que esos bichos son de sangre fría, como los lagartos che!
Así que el leberkis viene a ser un refuerzo de mortadela, en criollo. Mortadela como la carucha del pibe , cazás?
Esa foto es realmente desagradable.
El Leberkis es como un jamón al horno que se come caliente, al pan o al plato con una buena Kartoffelsalat, e invariablemente mostaza dulce. Miren acá.