Ayer, haciendo sobremesa en la terraza del laburo con Flaccus, comentábamos las repercusiones de la exposición que acaban de hacer con otro schün Kind André, y de las posibilidades y formatos que admite el arte generativo para ser expuesto o directamente consumido.
Me acordé entonces de que había leído este artículo en una wired del 2005, y que por supuesto creí haber linkeado acá -después de todo esa es una de las razones de ser del abandonado blog- pero no, tuve que googlear un rato, y me enojé un cacho, porque cada vez que quiero encontrar algo que leí, no puedo hacerlo acá.
Para la próxima, queda.