Sí, ese Melk.
A mi espalda, dominando el minúsculo pueblito, omnipresente, estaba el monasterio pintadito de amarillo renacimiento.
Sí, ese Melk.
A mi espalda, dominando el minúsculo pueblito, omnipresente, estaba el monasterio pintadito de amarillo renacimiento.
«Mientras tanto llegamos a las cercanías de Melk, donde, a pico sobre un recodo del río, aún se yergue el bellísimo Stijt, varias veces restaurado a lo largo de los siglos.»
Capaz el amarillo es pintura contra incendios, je.
Alguien me dijo hace poco que ese amarillo particular, el que todos conocemos, es típico del renacimiento, aunque no he encontrado documento que lo respalde.
Lo lindo fue subir desde la carretera a lo alto del pico por un sendero minúsculo y casi vertical… solamente para encontrarnos con la muralla del monasterio y tener que desandar el camino, siguiendo a una francesa amarga que no nos avisó cuando nos la cruzamos.
En cualquier caso, el edificio estaba cerrado.