de lo que se dice y no se dice sobre el Congreso Nacional de Educación

El Primer Congreso Nacional de Educación «Maestro Julio Castro», ha sido el colorario de un amplio y profundo proceso de participación democrática de la sociedad para elaborar las bases de una nueva Ley de Educación, así como para establecer las grandes líneas de un nuevo Proyecto Educativo.

Esta formidable experiencia reclamada durante años por el movimiento social ha demostrado ser una practica altamente enriquecedora y fermentalmente innovadora en la historia política del país. Quienes niegan esta realidad desconocen y subestiman a las miles de personas que participaron de más de 700 Asambleas Territoriales a lo largo y ancho del país. Soslayan deliberadamente los 32 encuentros Sectoriales en los que participaron más de 150 organizaciones e instituciones de todo el espectro social y los más de 400 documentos enviados al Debate Educativo. ¿Qué dirían hoy los sectores empresariales y los partidos de la derecha si el Congreso Nacional de Educación hubiese resuelto el subsidio a la Educación Privada o la ministerialización de la Educación?. Seguramente estarían levantándole un monumento al Congreso, pero como perdieron, ahora solo despotrican contra su incuestionable legitimidad. Cuestionar al Congreso por sus resoluciones es cuestionar a un pueblo que a pesar de todo sigue enamorado de su Educación Pública. El Movimiento Estudiantil firmemente comprometido con la democratización social y el legítimo derecho a que sea el propio pueblo quien construya su propio destino, no escatimará esfuerzos, pasiones y convicciones en defender la participación popular como el método democrático idóneo y justo para establecer las políticas públicas que a todos incumben. Y esto lo haremos pese a quien le pese.

Durante años la Educación Pública ha sido objeto del despojo presupuestal, el autoritarismo institucional y el mercantilismo curricular. Las resoluciones del Congreso Nacional de Educación son un punto de inflexión para revertir y superar la profunda crisis de identidad en la que dejaron naufragar al Sistema Educativo Público. Los anteriores beneficiarios de esta crisis parecen no estar dispuestos a tolerar los tiempos de cambio. Con la conquista de la Autonomía y Cogobierno para Toda la Educación Pública y la asignación del 6% del PBI para su presupuesto, el Congreso asienta las condiciones de posibilidad para la realización de un proyecto educativo de largo plazo, de alta calidad y al servicio de la emancipación cultural del pueblo.

Los ataques y descalificaciones que hoy sufre el Congreso Nacional de Educación responden a una mentalidad reaccionaria y conservadora, forjadora y responsable de una educación de ricos para ricos, y otra de pobres para pobres. Los privilegiados de siempre no soportan haber perdido el debate de ideas, ni tampoco admiten que más allá del canto de sirenas, el pueblo siga comprometido con la Educación Laica, Gratuita y Obligatoria.

Es altamente llamativo y no menos indignante, advertir como a través de la pirotecnia verbal y el espurio manejo de la información, estos sectores han intentado sembrar intrigas y sospechas en cuanto a la legitimidad de los procedimientos y contenidos que caracterizaron el Congreso Nacional de Educación. Dentro del cúmulo de ficciones y falacias desplegadas se ha sostenido y reiterado hasta el cansancio que el espacio público estuvo sobre representado en dicho evento. Los grandes medios de comunicación amplificaron esto sin haberse molestado en confirmarlo. Pero la información empírica, contrariando la pretensión hegemonista del sector privado, indica todo lo contrario. Del total de los delegados al CNE sólo un 12% representaba a las ATD y los Sindicatos, y los gremios estudiantiles a penas superaron el 5% del total de los delegados al Congreso. El único sobredimensionamiento que se puede constatar fácticamente es el del sector privado. Solo como ejemplo cabe consignar que la Universidad de la República, teniendo una matrícula 9 veces mayor al conjunto de las Universidades Privadas, tuvo 25 delegados y el Consejo de Rectores de estas empresas tuvo un total de 12. Esta es la verdadera información, sin embargo ha brillado por su ausencia. Parecería ser que la verdad dependiera de los intereses que se defienden y no de los datos de la realidad.

Se ha dicho también que el CNE fue temáticamente unilateral. Lo que revela esta afirmación es la incapacidad del pensamiento único de reconocer la diversidad y la fecundidad del debate, cuando sus conclusiones no responden a la legitimación de su discurso. Bastaría ver los informes de las 15 Comisiones del CNE así como los documentos que emanaron de las Asambleas Territoriales y Sectoriales para dar cuenta de la inconsistencia de estas sentencias. Una vez más queda demostrado que la ocultación de la verdad es la mejor aliada del poder. En su declaración final el CNE proclama que «nuestra máxima aspiración es ver reflejado en la futura Ley de Educación los principios aprobados en este CNE». Un nuevo proyecto educativo está en ciernes y el Movimiento Estudiantil conciente de su legado histórico así como del compromiso estratégico con la emancipación cultural del pueblo, no se apartará ni un milímetro de la lucha para que esas aspiraciones sean próximas realidades.

Por el pleno cumplimiento de las resoluciones del CNE, por la Autonomía y Cogobierno de la Educación Pública y la plena vigencia de sus fines y principios nos aprestamos a continuar la lucha. El Movimiento Estudiantil sabrá estar a la altura de las circunstancias.

Montevideo, 5 de diciembre de 2006.

Agustín Cano.
Delegado de la FEUU a la CODE.
099753834

Sergio Sommaruga
Delegado del CEIPA a la CODE.
099051168

Juan Prato
Delegado del CEM a la CODE.
096882953